top of page
DSC_0769.jpg
245ab7d38542e84d194e5eecfda319d5.jpg

Ornitocraft.

Resulta que cuando decidí leer un libro por segunda vez después de diez años, recorriendo las páginas, me encontré con algunas sorpresas que me llevaron a cuestionarme qué es lo que yo habré pensado sobre cada una de las palabras impresas en esas hojas. Más hipnotizada y perdida por el hecho de haber leído aquello en el inicio de mi «inocente» adolescencia que por la historia misma, cuando lo terminé, llegué a la conclusión de que por más que no recordara el final —que fue lo que realmente me obligó a releer ese libro después de tanto tiempo—, esa narrativa existió siempre en algún lugar de mi memoria. Porque tenía la estructura y el desarrollo de mi propia manera de escribir.

Sin embargo, la frustración no se fue, porque no existe manera de que pueda saber qué es lo que yo opiné de todo eso en aquel entonces. Y no me mal interpreten, yo no juzgo a nadie, pero es imposible para mí hacer mis propias notas en los libros, ni subrayar, ni pegarle amarillentas hojas de post it, y mucho menos resaltar con un fuerte color fluorescente. No existe manera. Lo máximo que me permito es encerrar entre paréntesis y corchetes lo que me interesa con un lápiz de punta fina. Así que cuando iba por más de la mitad de aquel libro, lo decidí, a mí no me iba a pasar de nuevo si en diez años quería volver a leerlo. Entonces agarré un cuaderno en blanco y en cuanto terminé el ejemplar descargué a puño y letra mi opinión de pies a cabeza.

Y como la maldita perfeccionista insoportable que soy, al notar que, como cualquier ser humano, cometo errores, no soporté ver los manchones y la desprolijidad al tener que borrar las hojas que podrían haber quedado perfectamente blancas, dejando ahora en un —a mi parecer— total desastre. 
Me trasladé a word, lista para equivocarme y borrar sin culpas para después poder copiar todo ese contenido en el cuaderno. Y me entretuve tanto y me gusto tanto la idea, que me surgieron las ganas de querer compartirlo con quien esté interesado en saber qué es lo que me parecieron, y, lo que es mejor, de serntirse incentivado a leer alguno de los libros que voy a compartir.

Si llegaste hasta acá, es suficiente para agradecerlo.

Gracias por desperdiciar unos minutos de tu tiempo en leer las tontas opiniones que tengo.

bottom of page